El océano
Mientras muchas personas soñamos con viajes a lugares lejanos y horizontes infinitos, otras tienen la gran suerte de vivir junto al mar. En las profundidades oceánicas conviven armoniosamente majestuosas ballenas, peces pequeños y curiosos, montañas submarinas y bosques poblados de algas. Como es bien conocido, el océano es una inmensa fuente de alimentos, recursos y contribuye a la mejora de nuestro estado de ánimo. Y por si esto fuera poco, los pequeños organismos que lo habitan generan más de la mitad del oxígeno que respiramos.
El peor enemigo del océano
En el siglo XIX los exploradores se referían al océano como una fascinante masa de agua infinita y grandiosa. En la actualidad, sobreexplotamos los mares sin respetar los ciclos de reproducción y pescamos más de lo que consumimos. Vertemos toneladas de plásticos, productos químicos y fertilizantes tanto en tierra como en los ríos, y esto acaba envenenando a las algas, los peces e incluso a nosotros mismos. Además, animales como las ballenas sufren por el ruido de los cargueros, los cruceros y otros grandes barcos. En resumen, estamos destruyendo el océano que nos alimenta y nos equilibra. Nos hemos convertido en su peor enemigo.